Nabaztag y Livescribe

Hace ya bastante tiempo, en lugar del profesor García, vino a clase un conocido suyo el cual nos estuvo hablando sobre la creatividad aplicada más que a nada al mundo empresarial.
Al principio creí que sería una de estas charlas que se acaban haciendo interminables... pero me sorprendió gratamente.
Hicimos varios ejercicios pequeños, como una especie de carteles con nuestros nombres y profesiones actuales y por otra cara con nuestro nombre y profesión soñada. Otra actividad consistía en unir problemas de ciertos campos con problemas de otros diferentes que hacían que se pudieran solucionar ambos con creatividad y por interacción.
Todo esto estuvo bien, pero sinceramente lo que más me llamó la atención fueron dos objetos de los que él nos habló: el Nabaztag y el Livescribe.

El Nabaztag era una especie de router (con algunas funciones más que las de un router normal) con forma de conejo (ya que su nombre significa liebre en Armenio). Una foto ilustrativa a continuación.

Fuente:http://curiositaenotizie.files.wordpress.com/2009/10/21862.jpg

Tiene una altura de 23 cm, pesa 418 g y se conecta a Internet por ondas Wi-fi 802.11b. Se comunica con su usuario emitiendo mensajes vocales, luminosos o moviendo sus orejas.
Cuando está activo, consume aproximadamente 7 Vatios/h (luces, altavoz y orejas). En modo de espera consume menos de 1 Vatio/h (Igual que muchos aparatos eléctricos cuando están en espera, por ejemplo las pantallas LCD).
Tiene un montón de funciones tales como informaciones horarias de diversas franjas, el tráfico, etc... pero a modo de curiosidad, lo que más gracia me hizo a mi, es que si le pasas un paraguas por delante de la nariz ¡te dice la información climatológica!


Por otro lado está el Livescribe. Se compone del lápiz Pulse Smartpen, del papel especial desarrollado en Suecia por el Grupo Anoto, el software Livescribe Desktop, y una comunidad virtual que te permite compartir tus notas con quien necesites.
Es una novedad porque te permite tomar apuntes y grabar audio, relacionando automáticamente ambas cosas para que nunca pierdas una sola palabra.
Luego solo vuelves a tus cuadernos, tocas lo que escribiste, y reproduces lo que se estaba diciendo en el momento en que lo escribiste.
Lo que más me llamó a mi la atención era la función de traductor que tenía. Tú escribías "hola" en un idioma y podías hacer que el bolígrafo "te lo dijera" en otro.
Otra cosa curiosa también, fue cuando pintó las teclas de un piano y empezó a tocar sencillas melodías con ayuda del bolígrafo.
Pero como, diga lo que diga no le haré justicia, os dejo a continuación un vídeo mostrando todas las "lindeces" de esta nueva herramienta de trabajo.